Cuando las paredes hablan.

Bien, para no comenzar la entrada con polémica, he de reseñar que lo que voy a escribir aquí es una opinión personal. Pero siempre en estos casos, o sobre estos temas, el debate está abierto. Lo declaro abiertamente: "Me encanta ver los "graffitis" en las paredes del Paseo de la Tolerancia, del edificio abandonado frente al parque infantil del Pasatiempo, o en los muros del Estadio Municipal de Betanzos."

A veces hago una ruta, como si estuviera dentro de una alternativa galería de arte contemporáneo, caminando por las calles de Betanzos como si de los pasillos de un museo se tratase. Cuando con el transcurso del tiempo mis ojos se han acostumbrado a algunos de los dibujos que se exponen gratuítamente al aire libre, para disfrute de todos los "visitantes del museo", me entran ganas de que estos artistas del spray (para mí es arte), renueven sus obras y nos regalen nuevos dibujos, nuevas historietas, o su modo de ver el mundo en una pared (me encanta el dinosaurio en el Estadio Municipal que proclama "yo no me voy a extinguir").

Antes de criticar, hay que ver. No quiero confundir un colorido dibujo, o alguna palabra o nombre de letras de extraña (y en ocasiones ilegible) morfología, pero agradables a la vista, con una pintada con rotulador en una pared o en una puerta. Para mí no significan lo mismo. Sería como comparar un cuadro de Velázquez con el muñequito que dibujamos en el juego del ahorcado.

Pero... ¿habéis visto el gato dibujado en la pared y sentado en el banco, en el Paseo de la Tolerancia?. Es digno de admiración. Al menos para mí.

Ante tanto muro gris, abandonado a su suerte, especialmente en la zona del Pasatiempo, o junto a la Ponte Nova, quiero agradecer desde este blog a aquellos artistas que con su originalidad ponen una nota de color, maquillando la triste realidad de esos muros, condenados a quedar olvidados, sin que nadie los mire.