martes, 18 de mayo de 2010

Árboles betanceiros

En Galicia ya son pocas las personas ajenas al hecho de que la mata vegetal autóctona ha dejado paso inexorablemente al eucalipto y otras especies foráneas. Una noticia triste que hace que cuándo vamos por bosques aún “vírgenes” disfrutemos aún más de nuestro paseo.

Pero seguro que pocos se han parado a estudiar la variedad betanceira. Es muy curiosa. Si uno se pasea por la zona más urbana de Betanzos veremos los típicos plátanos de sombra propios de muchos paseos y avenidas de cualquier ciudad, falsas acacias..., y palmeras, sobre todo muchas palmeras. Tantas palmeras y de tantas variedades que uno piensa si será para hermanarnos con las Canarias.

Sabiendo que la palmera era en tiempos un signo de riqueza y señorío, (de ahí su ubicación en Pazos), frente a casas de “importancia”, y también característica de construcciones de la arquitectura indiana, pues uno puede pensar en otras explicaciones.

Pero hoy quiero fijarme en unas higueras ya míticas para mí. Las dos higueras que sobreviven al final del Paseo de la Galera. Una en medio de una acera y que impide el paso, la otra entre la acera y la calzada en un trozo mínimo de tierra.

Las higueras seguramente lleven muchos años en esa misma zona, lo desconozco. Posiblemente son anteriores al propio paseo y reordenación de los nuevos horreos que sustituyeron a los que allí se encontraban.

Pero no puedo evitar tenerles una manía atroz. Sólo pienso en que un día van a conseguir que me saque un ojo o me rompa una pierna. Evito acercarme a ellas, lo evito todo lo que me es humanamente posible, pero siempre voy mirando para el suelo y acabo dándome con alguna rama en la cabeza, rascándome la frente, o cuándo es temporada de higos, resbalándome con alguno de los que están por el suelo.

Sé que son dos árboles queridos por muchos betanceiros, amantes de sus frutos que son de dos variedades, las “brevas” del verano y los “migueliños” de septiembre. Están muy concurridas durante toda su producción con personas que disfrutan buscando los higos más de su agrado y comiéndolos bajo su sombra. Incluso hay quien lleva su recolección en bolsas para su casa.

Me pregunto ¿porqué no pueden transplantarlas a la zona ajardinada, dónde tendrían más tierra, y zona para crecer y así aumentar su producción?. Y ya de paso dejar libre la acera y el paseo para una circulación más segura de los peatones, y una mayor limpieza del suelo.

A lo mejor es que las palmeras señoriales en los jardines tienen más aceptación entre la población betanceira que las humildes higueras....

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